Traducción de la novela ligera High Speed! al español. Agradecimientos a sunnyskies por permitirme usar su trabajo como base. {Sunnyskies realiza la traducción al inglés directamente desde la novela en japonés, aquí el link}
High Speed!
Capítulo I: Nadar
El agua está viva.
Incluso cuando su superficie se extiende silenciosamente, cuando ni siquiera
débiles ondas pueden ser vistas, solo está conteniendo la respiración, casi
como esperando a su presa. Y, si tú fueses a saltar en ella, inmediatamente
mostrará sus colmillos y atacará, acompañada por una momentánea lluvia de gotas.
Se envolverá alrededor de tu cuerpo tratando de robar la libertad de tus
miembros. Mientras más luches, más pesada y persistentemente se enroscará,
agotando tus fuerzas prontamente.
Sin embargo, si
ajustas tu posición sin luchar, el agua volverá a la calma. Desde allí, dirige
tus dedos hacia un punto en la superficie del agua y crea una entrada, deslizando
entonces tu cuerpo hacia adelante lentamente – tus brazos, tu cabeza, tu pecho,
tu estómago y tus piernas.
No rechaces el agua,
acéptala. No niegues el agua, reconoce su existencia. Lo importante es recibir
el agua, sentirla con tu piel, tus ojos, tu alma. Sin dudar de lo que sientes. Creyendo
en ti mismo.
***
Haruka puso su mano en la pared de la piscina y sacó la
cabeza fuera del agua. Aunque, por acabar de nadar mil metros a crol[i],
era de esperar que se encontrara sin aliento, no era el caso en lo absoluto.
Cuando se quitó los goggles[ii]
halló una mano extendida frente a sí; sus ojos se movieron brazo arriba. Un
chico llamado Makoto estaba mirando a Haruka con una amistosa sonrisa.
Para ser un alumno de sexto grado, Makoto era un buen tanto
más alto que el promedio. Tenía hombros anchos de construcción sólida y,
posicionado sobre ellos, un rostro lo suficientemente juvenil como para lucir
fuera de lugar en relación a su cuerpo. Todo esto se conjugaba junto a un par
de cejas arqueadas, de aspecto amable. Era Tachibana Makoto.
Haruka tomó su mano y fue sacado de la piscina con una
cantidad de fuerza sorprendente para ser ejercida por el dueño de ese rostro
sonriente con cejas arqueadas.
–Nadas tan graciosamente como siempre. Es como si fueras un
delfín, Haru-chan.
–Creo que es hora de que dejes de poner el ‘-chan’ en mi
nombre.
Él no tenía la altura de Makoto, pero su delgado, tonificado
cuerpo, le daba un aire de energía que no parecía venir de su musculatura.
Además, de algún modo su mirada lo hacía lucir rápido. Era Nanase Haruka.
Ambos llevaban ya tres años yendo al Club de Natación
Iwatobi. Originalmente, había sido una sugerencia de Makoto y Haruka
simplemente le había seguido la corriente; incluso ahora lo sentía de esa
manera.
Lo único que tenían en común era que iban a la misma escuela
y eran miembros del mismo club de natación. Y, además, ambos tenían nombres de
chica.
A Makoto no le importaba mucho, pero Haruka estaba atascado
en este último punto. Odiaba, más que cualquier cosa, que lo molestaran por su
nombre y, siempre que podía, se limitaba a usar su apellido en público. A pesar
de eso, en aquellas ocasiones en las que sí o sí debía decir su nombre de pila,
tenía el hábito de mirar fijamente hacia un lado, susurrándolo tan despacio
como fuera posible. Cada vez que presenciaba esto pasar, Makoto se veía
divertido.
–Entendido. Entonces, ¿ya terminaste por hoy, Haru?
Así era como Makoto, que lo llamaba ‘Haru-chan’ desde el
jardín de niños, decidió decirle. Tan solo ese cambio en su nombre era
suficiente para acarrear la sensación de que su relación había cambiado
también.
–Te lo dije, no necesitas poner mi nombre al final de cada
oración. Y llámame por mi apellido–. Aunque no estaba enojado, su tono sonó
autoritario y cortante. Siempre era así.
Sin lucir molesto, Makoto simplemente siguió sonriendo y
contestó.
–Haru, tú me llamas ‘Makoto’,
¿no es cierto? ¿Debería decirte Haruka, entonces?
Haruka tensó los hombros ante el modo poco familiar con el
que había sido llamado.
–Si me dices así, no te hablaré más.
–Muy bien, entonces definitivamente seguiré llamándote
‘Haru’.
Siempre terminaba así. Sin importar con cuanta fuerza Haruka
discutiese, sin importar cuánto intentara resistirse, al final todo volvía a
favor de Makoto. En momentos como ese, Haruka se callaba y miraba hacia el
lado. Hablar más sobre el asunto sería molesto, pero, por otro lado, tampoco
había modo alguno de que él se rindiese por completo. En el caso Haruka, esto
se demostraba en su comportamiento, cuando desviaba la mirada silenciosamente.
Makoto puso sus goggles en su lugar mientras se paraba en el
bloque de partida, para luego saltar fugazmente. El agua salpicó en todas
direcciones. A diferencia de Haruka, él forzaba su camino a través del agua con
una brazada casi violenta y una patada fuerte. Era como una orca persiguiendo a
su presa con ferocidad.
Sin quedarse a mirar como Makoto alcanza la pared a
cincuenta metros de distancia, Haruka se dirigió a las duchas. Quiero apurarme para quitarme de encima toda
esta agua de piscina que se ha entibiado por culpa de Makoto. Pensando solo
en eso, se quitó la gorra con desgarbo.
***
El viento norte sopló, haciendo crujir las ramas de álamo.
Ya no quedaban en ellas más hojas por caer y los árboles temblaban como la voz
de un anciano pidiendo perdón.
Frente a la entrada principal de la escuela Primaria
Iwatobi, una calle ancha de dos pistas se enangostaba hasta convertirse en una
calzada bordeada por álamos, donde definitivamente no había espacio suficiente
para que los autos se adelantaran unos a otros, y continuaba con esa extensión
hasta la siguiente intersección. Ya que no había con qué protegerse del viento,
en invierno no había otra opción más que caminar de cara a él sintiéndolo en el
rostro. Los niños que atendían a esa escuela encogían los hombros y cerraban la
boca firmemente ante el frío.
Fue en esa temporada, justo cuando el nuevo año comenzaba,
que Matsuoka Rin se transfirió a la escuela.
–Mi nombre es Matsuoka Rin. Vine aquí desde la Primaria
Sano. Tengo nombre de chica, ¡pero les aseguro que soy un chico! Espero que nos
llevemos bien.
La sala de clase se sumió en un silencio repentino. Quizás están nerviosos al ser enfrentados a
un nuevo compañero. O quizá esta clase está llena de honorables estudiantes que
son generalmente tranquilos. Pero no tuvo mucho tiempo para seguir con esa
línea de pensamiento, pues el silencio rápidamente se convirtió en un parloteo.
Bueno, soy un estudiante de transferencia
que llegó fuera de temporada, ya que llegué aquí en Enero de sexto año y,
además, tengo nombre de chica. Su reacción es natural. Mientras Rin pensaba
en esto y paseaba su mirada sobre la clase, uno de los chicos se levantó de su
puesto.
–¡Matsuoka-kun! –. Era Tachibana Makoto. Estaba mirando a
Rin alegremente, con una sonrisa amigable en el rostro.
Rin ya sabía que él asistía a esa escuela, pero…
–¿…Tachibana-kun? No sabía que estabas en esta clase.
–Pues sí, lo estoy. Haru-chan… Es decir, Haru está con
nosotros también –. Makoto volvió su cabeza para mirar hacia el lado. Allí, en
el lugar hacia donde se dirigían sus ojos, estaba sentado Haruka, observando a
Rin tan inexpresivamente como siempre.
–Ya veo… Nanase-kun también está aquí–. Nanase Haruka. Poco sociable, como siempre. Sabía que también venía a
esta escuela pero no pensé que terminaríamos en la misma clase.
Los tres tenían muchas cosas en común. Eran alumnos de sexto
grado, eran nadadores y tenían nombres de chica. Y, ahora, el estar en la misma
clase se añadía a esa lista. Los alumnos comenzaron a hablar nuevamente,
preguntándose cómo era que se conocían. El misterio se convirtió en tema para
su curiosidad y atrajo el interés de todos.
En el receso no era poco común ver a todos reunidos
alrededor del estudiante de transferencia. En cierto modo, se podría decir que
ese era el destino de todo estudiante de transferencia; el verse enfrentado a
un bombardeo de preguntas, el ser presionado insistentemente por información,
el encontrarse completamente expuesto. El tener que hablar sobre cosas que ni
siquiera con amigos cercanos se quiere hablar. Pero, para jugar bien el papel de
recién llegado, se debe considerar que la primera impresión es muy importante.
Sin importar cuál sea la pregunta, debe ser contestada claramente, con una
sonrisa.
Sin embargo y como era de esperar, para el final del tercer
recreo Rin estaba, finalmente, comenzando a cansarse. Así que cuando llegó la
hora del descanso de la tarde, se puso en la fila junto a los que ya habían
terminado de comer. Bueno, es hora de
empezar la segunda mitad del día.
Justo cuanto inhalaba profundamente para prepararse, una
mano se posó en su hombro. Aunque no había mucha fuerza en el gesto, pudo
sentir una fuerte energía viniendo de ella y frunció el entrecejo ligeramente.
Incluso sin girarse, lo sabía. Era Haruka. No se le podía ocurrir que otra
persona en su clase fuera capaz hacer eso.
–Ven conmigo por un segundo –. Sin decir nada más, Haruka se
adelantó y comenzó a caminar.
Rin lo observó alejarse y tomó un poco de aire, sorprendido
por la actitud desenfadada y algo engreída de Haruka. Por un momento quiso
actuar como un extranjero y extender los brazos hacia los lados en confusión, pero un pensamiento lo detuvo. Ese tipo de pose afectada no le vendría bien
a un estudiante de transferencia, ciertamente, así que no lo hizo. Mientras
miraba la espalda de Haruka, preguntándose qué hacer, alguien, inesperadamente,
le dio un gentil empujón, haciendo que trastabillase un poco.
–¿Qué haces? Te están dejando atrás –. Un sonriente Makoto
pasó por el lado de Rin.
–Sí, sí, ya voy.
Rin sintió la mirada de alguien sobre sí y miró alrededor
para encontrarse con que la clase completa estaba observándolos a los tres con
curiosidad atiborrando sus ojos. Que
bueno que no tomé esa pose ridícula, pensó. Entonces, como si estuviese
escapando de sus miradas, Rin apuró el paso tras Makoto.
***
Los pasos de Haruka se detuvieron entre el edificio de la
escuela y la piscina. Sobre ellos, las ramas de un gran árbol de cerezo se
extendían sin hojas ni flores, llenas, en cambio, con el frío del invierno.
Casi como si estuviese buscando algo, se enfrentaba al distante cielo
desenvolviéndose en toda su grandeza. El árbol de cerezo estaba allí desde hace
mucho tiempo antes de que la escuela fuese construida.
Rin tomó la palabra; su voz sonando fuera de lugar en el
ambiente.
–Woah, ¡este árbol es genial! ¿Es un árbol de cerezo o algo
así?
Es un árbol de cerezo,
Haruka pensó sin decir nada.
–Es un árbol de cerezo –dijo Makoto, riendo, porque entendía
lo que Haruka pensaba.
Rin puso su mano en el tronco del árbol y miró hacia el
cielo a través de las brechas existentes entre el enrevesado conjunto de ramas.
–Hey, cuando es primavera y las flores de cerezo caen,
muchas de ellas van a parar a la piscina, ¿no?
Haruka y Makoto miraron hacia la piscina. Ya que no había
recibido mantención, sobre ella se encontraban esparcidas las hojas secas que
habían caído.
–Quiero intentar nadar así algún día, en una piscina llena
de flores de cerezo –dijo Rin, sonando extrañamente sentimental.
Makoto observó largamente la expresión asentada en su
rostro.
–En esa época del año el agua aun está fría, así que no
podrías hacerlo. En verdad creo que es mejor nadar en el verano.
Haruka estaba sorprendido.
–¿Planeas estar aquí para el próximo año? –. Su voz se
mezcló con el sonido de las ramas quejándose por el viento norte, siendo
ahogada hasta la nada.
Rin apartó su mano del árbol y la puso en su bolsillo.
–¿Cuál es la idea de llamarme a un lugar como este? ¿Acaso
planeas gastarle una broma al estudiante de transferencia en su primer día? –.
Mientras lo decía, Rin comenzó a reír, como si encontrase que la idea era
divertida. Contagiado por su regocijo, Makoto se río también.
Haruka los observó con ojos fríos, y Makoto se aclaró la
garganta ligeramente antes de volverse hacia Rin.
–No, Matsuoka-kun. Dejando de lado las bromas, hay algo que
queremos preguntarte.
Antes de que Makoto terminase lo que estaba diciendo, Rin lo
interrumpió.
–Fue una coincidencia, en serio, una coincidencia. Cuando
nos mudamos, terminé asistiendo a esta escuela. ¡Yo también estaba sorprendido!
Nunca creí acabaría en la misma clase que ustedes, chicos. Es una coincidencia
bastante loca, ¿no?
Ellos se habían topado con Rin muchas veces en los
encuentros de natación locales. Esa era su única conexión. No eran lo que se
diría cercanos; apenas habían mantenido una conversación normal.
***
Había ocurrido en marzo pasado. El primero en acercarse y
hablar había sido Rin.
–Eres rápido ¿De verdad eres un estudiante de primaria?
No estaba claro si le hablaba a Haruka o a Makoto, pero, de
todos modos, fue Makoto quien respondió en esa ocasión.
–Matsuoka-kun de Sano SC, ¿verdad?
Recordaba que Rin lucía muy feliz al escuchar eso.
–¡Ah, lo sabías!
Era la primera vez que participaban en un encuentro de
natación local. Haruka había ganado en los cien metros a estilo libre, y Makoto
había ganado en los cien metros a braza, pero en las carreras de cincuenta
metros, ambos triunfos habían sido de Sano SC. De Rin de Sano SC,
específicamente.
–Solo tenían el curso largo[iii]
hoy, pero si hubiesen tenido el curso corto[iv],
apuesto que podría haber ganado los cien metros también.
No sonaba si fuese un mal perdedor resentido tratando de
parecer fuerte. Ambos creían que, probablemente, tenía razón. Tanto Haruka como
Makoto habían sido dejados atrás por Rin en la partida, tomando la delantera solo
alrededor de los setenta metros; en otras palabras, después de haber dado la
vuelta.
Aunque Haruka había ganado, no estaba particularmente feliz.
No le importaba perder o ganar. Ni una sola vez había nadado para obtener el
triunfo. Pero se sentía extrañamente irritado por la discrepancia entre sus
partidas.
Cuando Haruka había dejado atrás a Rin y alcanzado la meta,
Makoto estaba tan feliz por él como había estado por sí mismo.
–¡Felicitaciones! ¡Es genial que hayas ganado!
Como si no acabases de
ganar tú mismo, pensó Haruka, hablando para decir algo completamente
diferente.
–¿Quién es ese? –. Señaló a Rin, que yacía despatarrado a un
lado de la piscina.
–Lo llaman Matsuoka-kun, de Sano SC.
No era un nombre que hubiese escuchado antes, pero ahora que
lo sabía, no hacía mucha diferencia. Haruka simplemente quería recordarlo: el oponente
que lo había hecho sentir molesto; el modo en que lucía tirado allí, con sus
goggles aun puestos y la respiración pesada. Me pregunto si está llorando. Se volteó luego de que Rin
desapareciera de su vista mientras pensaba en eso. Fue entonces cuando Rin se
había acercado a hablarles. Solo charlaron por el corto periodo de tiempo que
antecedió la ceremonia de premiación.
–Tengo que trabajar un poco más en mi fuerza –. Rin tenía
aproximadamente la misma altura que Haruka, pero había conseguido un buen
equilibrio; en verdad se podía decir que su físico era adecuado para la
natación competitiva.
–Pero no creo que se trate solo de fuerza –dijo Haruka. Él
nunca había nadado una carrera dependiendo solo de su fuerza.
Como siempre, era tarea de Makoto continuar su comentario.
–Matsuoka-kun, la patada subacuática[v]
de tu partida fue increíble. ¡Me sorprendió que pudieras moverte a través del
agua de ese modo!
De repente, alguien llamó a Rin desde la distancia.
–¡Hey, Rin! ¡La ceremonia de premiación está a punto de
empezar!
–¡Ya lo sé, Sousuke! ¡Estaré allí en un segundo! –respondió
Rin, para luego volverse hacia Haruka y Makoto. –No perderé la próxima vez.
Nademos juntos de nuevo, ¿bueno? –. Se despidió agitando la mano mientras se
iba.
–¡Trabajaremos tan duro que tampoco perderemos contra ti! –replicó
Makoto con una sonrisa. –Oh, mira, mira, ¡la ceremonia de premiación está
comenzando! –dijo mientras empujaba a Haruka por la espalda.
Así conocieron a Rin. Desde entonces, lo habían visto en
casi todos los encuentros a los que iban.
***
Las ramas del árbol de cerezo fueron empujadas por un
repentino soplo de viento, inclinándose con un gran crujido. Se levantó polvo,
y los tres chicos cerraron los ojos en un acto reflejo. Por un momento, una
fuerte ráfaga paso a su lado. El viento polvoriento rugió en dirección al patio
de la escuela, girando de izquierda a derecha, causando tanto alboroto como le
placía.
Rin miró en la dirección a la que el viento se dirigía,
escupiendo un poco de polvo.
–¿Qué demonios le ocurre al viento hoy? Ugh, tengo arena en
la boca ¿Acaso es siempre así aquí? –preguntó, escupiendo de nuevo.
–Definitivamente no suele comportarse así. ¡Pensé que nos
llevaría volando! Vamos, volvamos a la escuela, Haru.
Antes de haber terminado de hablar, Makoto ya estaba dirigiendo
sus pasos hacia el edificio de la escuela. Los otros chicos que jugaban en el
patio también estaban corriendo de vuelta al interior como si el viento los persiguiese.
No se trataba de que Haruka hubiese llevado a Rin allí para
mostrarle el árbol de cerezo. Aun no le había preguntado nada, ni descubierto
algo. ¿Fui acaso burlado por el viento? pensó,
sintiéndose frustrado. Todavía no sabía si la transferencia de Rin era una mera
coincidencia. Sin embargo, era fácil para él creer que les afectaría tanto a él
como a Makoto de algún modo. Y si les afectaba, se transformaría en un problema.
Haruka evitaría verse envuelto en ello. Por eso había
llamado a Rin, para intentar advertirlo, pero ahora sentía que perseguir el
asunto aun más sería una molestia. Después de todo, mientras más se obsesionara
con ello, más atrapado se vería.
Apartando sus ojos de Rin, que estaba corriendo hacia la
escuela, Haruka miró solo una vez como
las ramas del árbol de cerezo eran empujadas por el viento.
[i] Crol: Es
otro nombre que se le da al estilo libre {freestyle}.
[ii]
Goggles: Lentes utilizados para natación. También son conocidos como gafas protectoras
y antiparras, pero este será el término utilizado para los efectos de está
traducción.
[iii] Curso
largo: Son las carreras de natación en piscinas con carriles de 50 metros de
largo {esa es la longitud estándar de la piscina olímpica}. En general la
distancia a recorrer suele variar ser de 50, 100 o 200 metros.
[iv] Curso
corto: En este caso las carreras se dan en piscinas con carriles de 25 metros
de largo.
[v] Patada
subacuática: También llamada patada de delfín, es una técnica de natación que,
en palabras sencillas, implica realizar una onda con todo el cuerpo bajo el
agua para impulsarse hacia adelante.